No hay venezolana ni venezolano de bien en el país que no apoye al movimiento estudiantil y las protestas pacíficas que han realizado en los últimos días y condene enérgicamente las acciones represivas que contra estas manifestaciones se han registrado en el país por órdenes del gobierno nacional.
Las protestas, del movimiento estudiantil y de diversos factores sociales, se producen porque la gente está harta de la inseguridad (en Vargas en el 2009 hubo más de 350 asesinatos), porque reclama el racionamiento de luz y agua, por los malos hospitales, por las pésimas infraestructuras escolares, y ante el nuevo cierre de RCTV lo que constituye una violación más a la libertad de expresión.
Chávez y el gobierno son los únicos responsables de la violencia en el país, de esa que quieren acusar a los dirigentes democráticos del país, con señalamientos falsos, ¿a quién quieren engañar? Todos sabemos que es el gobierno quien tiene las armas, las instituciones, los militares, las fuerzas públicas, en fin controla todo. Es el sector oficial quien arremete en contra de los estudiantes, líderes políticos e incluso contra la población civil como ha sucedido en Mérida, Anzoátegui, Lara, Carabobo, Zulia, Bolívar, Monagas, Caracas y otras ciudades de nuestra geografía.
Chávez usa la violencia para tapar lo que sucede en el país con la reciente devaluación que generará una mayor inflación y la crisis eléctrica, situaciones que se le escapan de las manos a un gobierno improvisado. Para tratar de tapar que ha perdido la confianza de la gente, que el camino que ha tomado el gobierno no es el que el pueblo necesita, ni mucho menos el camino que cada venezolano espera. No tiene que ver con la esperanza de muchos, desde hace 11 años atrás. Para tratar de tapar que es un gobierno con la manía de querer controlar todas las actividades y recursos de los venezolanos. Para tratar de desviarnos del camino de la ganar la mayoría de la Asamblea Nacional, ya que la actual lo que ha hecho es quitarle derechos a la gente, responsabilidades y presupuesto a las regiones y redactar leyes políticas que sólo benefician a los que tienen el poder: el gobierno. Los diputados de hoy no han controlado la regaladera de dinero a otros países, ni las estatizaciones, ni las compras militares, ni la corrupción, ni los servicios públicos ni la gestión del gobierno.
La lucha que tenemos por delante es lograr la mayoría de la Asamblea Nacional para la Alternativa Democrática y, por ende, un equilibrio democrático que obligue a este gobierno a resolver los verdaderos problemas de los venezolanos. 2010: Año de cambio.
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